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La Odontología moderna, siguiendo las tendencias actuales en medicina, comienza a virar hacia la mínima intervención preservando tejidos y promoviendo la remineralización de esmalte y dentina. Los abordajes clínicos de mínima intervención buscan preservar estructura, garantizando extender la vida de los dientes tratados.
En nuestra profesión, desde mediados de los 80s, el prestigioso investigador Jo E. Frencken, creador y promotor del ART (Atraumatic Restorative Treatment) promulga la eliminación de tejido dentinario infectado (descompuesto) mediante el uso exclusivo de instrumentos manuales (1). Mediante el ART se preserva la dentina vital, que se remineraliza y regenera, permitiendo preparar cavidades mínimamente invasivas que salvaguardan la salud pulpar.
Este abordaje genera menos ansiedad para el paciente, ya que se evade el ruido y vibración de la pieza de mano y en muchos casos no es necesario aplicar anestesia local. Tras la publicación de investigaciones que comprobaron su efectividad, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Federación Dental Internacional (FDI), reconocieron dicha técnica y la recomiendan especialmente en programas de Salud Pública por ser segura, confiable y de alto impacto.